
Bajo el título Daniele Finzi Pasca Teatro de la Caricia, Facundo Ponce de León publica conversaciones que a lo largo de los años ha tenido con el clown y director escénico Daniele Finzi Pasca.
El trabajo de Daniele incluye ser co-fundador de las compañías Teatro Sunil (Ícaro) y Compagnia Finzi Pasca (La Veritá, Bianco su Bianco, Donka, Per té), co-producciones con Cirque Eloize (Rain, Nomade, Nebbia), dirección para Cirque du Soleil (Corteo, Luzia), apertura y clausura de juegos olímpicos de invierno, dirección de óperas para English National Opera (L’Amour de Loin), Teatro Mariinsky (Aída, Requiem) y Teatro San Carlos de Nápoles (Pagliacci). Su línea de trabajo siempre ha ido sobre lo que él llama Teatro de la Caricia.
El libro incluye conversaciones que nos llevan a un viaje circular, un viaje de regreso donde conocemos la filosofía de Finzi Pasca y los orígenes del teatro de la caricia.
Siendo un volumen no muy grande (136 páginas) me parece difícil resumirlo. Es un libro lleno de ideas de un importante creador escénico, cada página tiene cosas para tomar nota.
Entre lo que más me llama la atención es la forma en que indica que un clown corteja al público. En una fiesta hay varias formas de ser y cada una de ellas conquista. Así mismo hay varias formas de ser clown y cada una corteja. Si no tienes suerte consiguiendo pareja y buscas consejo de tus amigos, tal vez el consejo sirve, pero conquistaste a tu pareja usando una formula que no es tuya, ese no eres tu: o te condenas a mantener la mentira o viene el rompimiento. Así un clown: si te aconsejan ponerte un nombre en diminutivo y hacer figuras con globos, tal vez sirva, pero puede ser que ese no seas tú ni lo que quieres de ser clown.
En días anteriores publiqué la reseña de Donka, donde menciona que un artista es pescador de ideas y puede pasarse días enteros sentado en un café aparentemente sin hacer nada, en realidad está pescando la idea. Como la pesca, es cuestión de paciencia. En este libro se profundiza sobre el tema.
Habla de que todo el equipo de trabajo está en una embarcación, puede ser pequeña o grande, el barco se maneja diferente pero el propósito es el mismo. Si la producción es para un actor o para miles de artistas, la estrategia es diferente pero siempre se busca el mismo objetivo: llegar al puerto.
Menciona que hay dos tipos de actores: aquellos que sienten las cosas y las hacen sin importar hacia donde van y los que hacen preguntas, los que consultan los mapas y quieren saber para qué es todo esto. Como director Daniele debe comprender rápidamente que tipo de actor es cada uno de sus artistas para no perder el tiempo de su gente. Indica que el tiempo de otros es algo que no se puede malgastar.
Finalmente habla de su viaje de juventud como voluntario a la India. Viaje hacia adentro, de auto descubrimiento. En una India con muchos enfermos de lepra y gente viviendo en la calle, su trabajo era atender a los enfermos, muchos de ellos moribundos. De sus experiencias sale lo que será el teatro de la caricia: aprende a sentir al enfermo (o al público) él puede sentirse bien haciendo su trabajo, pero si no percibe lo que sucede con el enfermo, entonces su trabajo ya es automático. Aprende el valor de una caricia. Hacer saber al enfermo que alguien está ahí a un lado con él. Conoce a Sunil, un muchacho que muere después de 24 días de batalla cuando no esperaban que durara uno. De él toma el nombre para su primer compañía.
Su trabajo escénico se ha enfocado en buscar la conmoción, resonar en el público, ser un clown cuya finalidad principal no es hacer reír. Busca oír, sentir al público. Para él el clown es un actor que cuenta historias, un héroe perdedor que con dignidad pierde casi siempre y al final se desvanece discretamente.
Daniele Finzi Pasca Teatro de la Caricia
Facundo Ponce de León
Ediciones CFP
Primera Edición Julio 2009, Tercera edición enero 2015 (Uruguay)
Reseña sobre edición en español, también disponible en otros idiomas
136 páginas