#teatro, circo

El Pagliacho, el gracioso de la calle de Relox

Detalle del cartel de «El Pagliacho» se muestra con fines ilusrativos.

En 1841 surgió el primer circo mexicano bajo la dirección de José Soledad Aycardo, considerado el primer empresario circense mexicano y precursor del estilo de payaso que se usa en nuestro país. Se trató del Circo Olímpico y operó aproximadamente 25 años.

Los Estrouberry Clowns presentan El Pagliacho, el gracioso de la calle de Relox, inspirado en Aycardo y su circo. Según el programa de mano, la obra «nos lleva a viajar en el tiempo para conocer las vicisitudes del primer circo mexicano […] nos invita a disfrutar de aquella época de circo, maroma y teatro»

Un niño del siglo XX es «teletransportado» al siglo XIX dónde conocerá al Circo Olímpico instalado en el patio de una vecindad en la calle de Relox (o la calle del reloj, hoy Argentina) Ahí, el virrey tratará de cerrar el circo a como de lugar con tal de llevarse a los artistas y al público al Teatro Nacional.

Esa es la premisa y básicamente las «vicisitudes» son enfrentar al virrey que adoptará diferentes disfraces para aplicar multas, incautar, cobrar la renta y otras acciones económicas.

La parte histórica me crea conflicto a partir de que el antagonista, figura del gobierno, es presentado como el «Virrey» mientras la historia transcurre en la segunda mitad del siglo XIX, momento en que ya no había virreyes.

Se presentan clichés como la pareja de comediantes borrachos y la rutina de «salúdelos a todos, pero con la boca», sin embargo no me queda claro si son rutinas de la época. Se supone que la obra tiene fines históricos y busca mostrar cómo era el circo en aquellos años pero al usar chistes claramente modernos se pierde noción de qué cosas aparentemente modernas pudieran remontarse en realidad al Circo Olímpico.

Respecto a conceptos y narrativa: «Teletransportar» significa desplazar a distancia y se usa para referirse a que un objeto se mueve instantáneamente de un sitio a otro. Si se viaja al pasado sería una máquina del tiempo. Mas adelante el de la casa de empeño se presenta para incautar pues no han pagado. ¿La casa de empeño incauta? Posteriormente, al finalizar la obra, dicen que todo lo que ha sucedido es para darle una función de circo al niño del siglo XX, la misma está a punto de comenzar y el niño debe regresar a su propia época. Si la función que va a comenzar es para él ¿por qué lo mandan al siglo XX antes de iniciarla?

Casi no se muestran números circenses. Un número que me molestó fue presentar un antipodista (persona que manipula objetos con los pies) haciendo falsamente su disciplina, en lugar de tener una persona realmente especializada en la misma.

La idea no me parece mala, a lo largo de la obra se explican palabras y conceptos que ayudan a comprender al circo de la época, sin embargo, para mi gusto, tiene varios huecos.

La función comienza puntualmente y es ligeramente más larga de lo anunciado en el programa. Al finalizar, el elenco sale al vestíbulo a saludar y posar para fotografías.

Cabe destacar la presencia del Ensamble Jofranka que musicaliza y hace efectos sonoros en vivo.

El Pagliacho se presenta en el Teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque hasta el 26 de abril.

El Pagliacho, el gracioso de la calle del Relox
De Fernando Hondall
Dirección: Raúl Zamora
Con: Jorge A. caballero Vega, Dettmar Yaáñez, María Cappelletti, Adriana Reséndiz, Víctor Siáñez, Lobo Valle, Yrsmin Curiel, Eréndira Morales Rodríguez, Erick Murias, Fernando Hondall, Gustavo Franco, raul Zamora
ensamble Jofranka: Mario Alberto Gallardo y Julio Zapata
Duración aproximada (según programa) 75 minutos (real) 90 minutos.

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#teatro

Enemigo del Pueblo

Henrik Ibsen publicó Un Enemigo del Pueblo en 1882, estrenándose el 13 de enero de siguiente año. Una obra que 137 años después de su presentación sigue estando vigente.

Bajo la dirección de David Gaitan, La Compañía Nacional de Teatro presenta Enemigo del Pueblo, versión de Gaitán de la obra de Ibsen. la temporada en el Teatro Julio Castillo está por concluir el 19 de enero.

En el vestíbulo del teatro y al comenzar la función, el público es instruido a disparar unas pistolas de burbujas siempre que se cumpla una condición en escena. Solo una parte de la audiencia participa activamente en esta dinámica, pero los demás como observadores también se llevan algo de la experiencia. No entraré en más detalles sobre el uso o significado de las burbujas, es una sorpresa que debe tener el espectador.

La historia transcurre en un poblado donde un balneario recién abierto trae riqueza al lugar, sin embargo el doctor Stockmann descubre contaminación en las aguas y pide cerrarlo mientras se remedia la situación. La resistencia será impresionante: el gobierno, la prensa «imparcial» que inclina la balanza de un lado a otro a conveniencia, incluso su familia.

Se verán las trampas del gobierno, la prensa manipulante que se hace llamar «la voz del pueblo», el típico sonsonete de si se hace lo que dices perderás todos tus ahorros. Ese temor que tanto se le mete al pueblo de perderás todo si haces algo que cambie el statu quo.

En la escenografía, a cargo de Alejandro Luna se ve constantemente una mancha de luz en la pared, solo se apaga un momento después de tronar un cohete que apaga unos micrófonos de espionaje. Esa luz pareciera un ojo que lo vigila todo.

Lo privado se hace público, hay micrófonos escuchando al doctor, la correspondencia es interceptada sin reparo, a la gente en la plaza pública se le ordena retirarse o no y leer en el templete papeles personales. En el programa de mano se indica también la «administración de la plataforma pública» Estar observados todo el tiempo con el temor de hacer o decir algo que contradiga a la mayoría. Una línea de la obra dice algo así como que al ser mayoría los idiotas que hay en el mundo, no significa que estén en lo correcto. El que dice la verdad que incomoda a la mayoría puede ser reducido a nada por los que se sienten atacados.

La censura disfrazada de estar siendo ofendido, de ser políticamente correctos, criticar a alguien más escondiéndose en la masa, en el anonimato ¿atrás de una computadora juzgando el mundo en redes sociales? Ser juez y parte: juzgar a otros, en la vida pública conducirse por el camino correcto cuando en privado se tiene el mismo comportamiento o peor incluso que a quien juzgamos.

Al evitar incomodar a otos y seguir la corriente mientras «protegemos nuestros intereses» nos convertimos en marionetas. El changuito que no oye, no ve, no habla. Sin voz propia.

Algo interesante es que aparentemente para el público la violencia contra la mujer es reprobable pero no contra los hombres ¿Es por que la corriente marca eso y no hay que contradecirlo?

Enemigo del Pueblo
De Henrik Ibsen
Compañía Nacional de Teatro Versión y Dirección: David Gaitán
Iluminación y escenografía: Alejandro Luna
Actuaciones: Miguel Cooper, Ana Paola Loaiza, Luis Rábago, Antonio Rojas, Amanda Schmelz, Alan Uribe Villarruel
Duración aproximada: 1:30 horas

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#teatro

Camille Claudel … sin Rodin

Foto de Camille Claudel. Imagen mostrada con fines ilustrativos.

Camille Claudel fue una escultora que vivió entre los siglos XIX y XX, siendo su etapa más productiva a finales de siglo XIX. Fue alumna de Auguste Rodin, comenzó a trabajar en su taller posando para esculturas y trabajando algunas piezas para él, sobre todo manos y pies. Pese a la diferencia de 24 años fueron también amantes. Se dice que Rodin constantemente tenía nuevas amantes y siempre prometía casarse con Claudel, cosa que no pasó. Camille Claudel se fue alejando de los círculos artísticos, encerrándose en su propio mundo dentro de su taller, en alguna época destruyó sus propias obras. En 1905 tuvo su última gran exposición y en 1913 su familia la internó en un hospital psiquiátrico de donde nunca salió. Murió en 1943, olvidada y con un veto de la familia. Solo su hermano, responsable de internarla, la visitó unas pocas veces. Estaba prohibido incluso que recibiera visitas.

Camille Claudel … sin Rodin es descrito en el programa de mano como espectáculo unipersonal. Vemos a Yuriria Fanjul en el papel de Camille. Con una historia nada lineal se narran momentos de la vida de Claudel. Saltando en los tiempos la vemos en el estudio hablando con Rodin, en el hospital psiquiátrico, de nuevo en el estudio, ahora en el suyo recibiendo visitas, de nuevo con Rodin, etcétera.

En varias ocasiones rompe la cuarta pared e interactúa con el público haciéndoles preguntas o contando cosas en tono de alguien que da un chisme entre amigos. La mayoría de estos momentos los siento forzados, como si tratara de hacer comedia stand-up. Dice algunos chascarrillos con las tradicionales malas palabras que buscan humor fácil. Siento una respuesta muy floja del público y alguna risa condescendiente, pero sus chistes no terminan de cuajar. Tampoco la interacción. Al hacer preguntas, el público tarda en responder. Da a alguien unas tarjetas para que las lea. La señora elegida tiene problemas para leerlas ¿será porque está sentada en la oscuridad? Deberían haber prendido luz de sala. En otro momento da una carta para que se la pasen “al señor barbón de allá” la gente no sabía exactamente que hacer, si pasar la carta y a quién.

Canta algunas canciones, dice frases en francés. No se si en aras de hacer un “espectáculo” hay que ponerle de todo un poco, pero lo siento forzado, sobreactuado.

Cuando no habla con el público lo hace con personajes imaginarios como Rodin y otros artistas. Se dirige al vacío y hace pausas como si hubiera otra persona contestando. ¿Acaso es una muestra de su locura?

No me gustó la obra por lo que ya he descrito. Lo que reconozco es que Fanjul tiene una gran expresión facial.

Camille Claudel … sin Rodin estuvo presentándose en la Sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque donde terminó temporada el pasado domingo.

Camille Claudel … sin Rodin
De: Gaël Le Cornec
Dirección: Diego Vázquez
Con: Yuriria Fanjul
Duración aproximada: 1:25 horas

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