
Con este programa arrancó el 22 de enero la temporada de invierno del New York City Ballet (NYCB) siendo ese día particularmente especial por ser el 115 aniversario del natalicio de George Balanchine, cofundador de la compañía.
Antes de iniciar el programa dos bailarines (perdón, se me van los nombres) salieron a agradecer a la orquesta por tocar cada noche a la perfección la música con la que ellos bailan, así como comentar la forma en que Stravinsky y Balanchine trabajaron en colaboración numerosas ocasiones para lograr coreografías muy unidas a la música. El programa de mano indica que esta noche el foso de la orquesta fue bautizado como Stravisnky en honor al compositor por sus trabajos para el NYCB.
La primer parte del programa es Apolo, estrenada en 1928, cuando Balanchine tenía 24 años. En realidad es un fragmento ya que no se baila el prólogo. El ballet muestra a Apolo tocando el laúd, entran las musas Calíope (poesía), Polimnia (drama y arte mímico) y Terpsícore (música y danza) Apolo las guía e instruye en sus respectivos artes, ellas bailan solos. Calíope y Polimnia no satisfacen las expectativas de Apolo mientras que Terpsícore si lo logra.
El segundo ballet es Orfeo. Estrenado en 1948 es una reinterpretación un tanto surrealista del mito de Orfeo y Eurídice. Orfeo desciende al Hades para recuperar a Eurídice. El Ángel Oscuro lo guía por los infiernos donde encuentra espectros vestidos con ramas y moviendo rocas. Orfeo lleva puesta una máscara ya que Eurídice no debe ver su rostro hasta salir del Hades o perecerá irremediablemente. Orfeo con la música de su lira aplaca a los espíritus y recupera a Eurídice, pero camino a la salida se quita la máscara y pierde definitivamente a Eurídice. Las Bacantes posteriormente descuartizan a Orfeo. Apolo lo invoca como Dios de la Canción mientras cae el telón.
La pieza final fue Agon, estrenada en 1957. Se indica que las presentaciones de esta obra durante la presente temporada se dedican a la memoria de Arthur Mitchel quien originó el papel principal masculino y falleció el 19 de septiembre de 2018 a los 84 años. Los bailarines al inicio de la función lo recordaron como un maestro muy entregado que poco antes de su muerte seguía transmitiendo sus conocimientos de la obra a las nuevas generaciones de la compañía.
Agon fue la obra que menos me gustó. Es una pieza donde la danza es un pretexto, no hay historia y parecen más pasos ejecutados en una clase.
Orfeo es la obra que más me gustó. Tiene más historia y las imágenes que se crean en conjunto con los vestuarios y escenografía son muy interesantes.
Creo que el programa muestra la evolución del trabajo de Balanchine. En un principio contaba historias y más adelante prefiere la danza como elemento puro sin tema ni pantomima que la contamine. Se dice que llegó a un punto donde pedía que los bailarines no interpretaran ni pusieran sello personal en las obras. El paso cronológico de Apolo, Orfeo y Agon puede servir para ver este proceso en su obra.
Para cerrar agregaré que el teatro David H. Koch, sede del NYCB tiene decoración con cristales que asemejan diamantes lo que me hace pensar en el ballet Joyas de Balanchine, en particular en el acto conocido como Diamantes, lo cual no creo que sea coincidencia.
Los bailarines principales fueron Taylor Stanley, Tiler Peck, Gonzalo García, Peter Walker, Sterling Hyltin y Tyler Angle.
Esta entrada fue publicada originalmente el 2 de febrero de 2019 antes de cambiarnos de plataforma.
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