
En marzo del 2020 fue la última reseña que publiqué de una función en vivo. Debido a la pandemia las reseñas se han enfocado más a libros, videos y películas. En esta ocasión, casi dos año y medio después, va la primer reseña de un evento en vivo.
Como parte de la Temporada Académica 2022 de la Escuela Nacional de Arte Teatral, se presenta La Leyenda de Robin Hood, examen de tercer año, grupo 1, de las carreras de Licenciatura en Actuación y Licenciatura en Escenografía. Por primera vez en lo que tengo conocimiento, la puesta en escena se realiza fuera de los espacios de la ENAT y se trasladan a la Plaza de las Artes del mismo Centro Nacional de las Artes.
Me parece muy atinado que se realice al aire libre y sobre todo que se aproveche muy bien el espacio. Comienzan con una procesión donde adentran al espectador al mundo medieval de Robin de Locksley al ritmo del tradicional Saltarello. A lo largo de la obra, el espectador tendrá que mover su asiento para utilizar cuatro frentes diferentes. Este uso de espacio no convencional me gustó mucho, ya que se crean ambientes bien delimitados donde se aprovecha además la arquitectura. Comenzando en una plaza, la procesión avanza flanqueado por columnas hasta su asiento, donde verá al palacio por un lado, el bosque de Sherwood por otro y dos diferentes plazas en otras zonas. La profundidad que crea la escalera de la Biblioteca de las Artes es impresionante y se utiliza muy bien.
Partiendo de la contienda entre si es mejor el trovador de la corte o el juglar callejero, se narra en tono fársico la historia de Robin Hood, llena de personajes ridículos. Vale la pena ver con cuidado el vestuario para no perderse los detalles tan cómicos que incluye.
A lo largo de la historia se intercalan canciones conocidas con la letra modificada en mayor o menor medida para adaptarse a la historia. El acompañamiento musical es en vivo. En ciertos momentos se llega a perder un poco la voz en el espacio abierto y con el ruido ambiental, sin embargo, los coros y canciones grupales resuenan con gran potencia. Sobre el ruido ambiental se aprovechan bien pasos de helicópteros para hacer algún chiste o incluso un cohete que sonó en los alrededores en el momento adecuado quedó perfectamente incluido en la historia.
Las generaciones actuales no la han tenido fácil pues una parte de su carrera fue en línea. Los gremios artísticos y escénicos han sido de los más golpeados. Afortunadamente este grupo ha seguido adelante y con entusiasmo presenta un montaje bien preparado y buenas actuaciones. En particular me gustaron los coros, la música en vivo y la forma en que se utilizó el espacio. Como pensamiento final, la obra está ambientada en una plaza donde nos cuentan la leyenda de Robin. Al estar verdaderamente en un espacio abierto (aunque delimitado y sin acceso tardío) existen ruidos y distractores. Los actores están utilizando a su favor estas distracciones, que es lo que sucedería en un espectáculo real en una plaza, por lo que están adquiriendo tablas en un área que no tendrían en un foro convencional.
El programa de mano debe ser accesible por medio de código QR ¿modernidad o efecto de la pandemia? Sin embargo el enlace no funciona correctamente, por lo que desafortunadamente no podré dar los créditos completos. La temporada finaliza este domingo 13 de agosto. Entrada libre con boleto de control, los boletos se entregan en el pasillo frente a Casa Serra. Aforo 70 personas, uso obligatorio de cubrebocas, se recomienda llegar con anticipación. Para toda la familia. Muy recomendable.
La Leyenda de Robin Hood.
Alumnos de 3-1 de las Licenciaturas de Actuación y Escenografía.
Autores: Mauricio Kartun y Tito Loréfice.
Dirección: Ricardo Ramírez Carnero.
Plaza de las Artes, Centro Nacional de las Artes.
Sábados y domingos 11:00 y 15:00 horas.
Hasta el 14 de agosto.
Duración aproximada: 90 minutos.